martes, febrero 14, 2012





Realmente yo nunca llegué a hablar con él.
Solía encontrármelo varias mañanas en la acera que hay enfrente de mi despacho, sentado sobre una vieja caja de madera. Alrededor suyo, con cubos vacíos de pintura, organizaba una colorida batería de plástico colocándolos boca abajo, distribuyéndolos por el pavimento. Sacaba unas baquetas de una pequeña mochila verde que nunca se quitaba y se ponía a tocar.
Requetetumtumtum tumbaban los ritmos por la calle y el tumpu tumpu tumpu tumpu tumputum pum pum acelerado de lo cubos más grandes se mezclaba con las voces tanka tankatanka tankatan tan tan blancas de los más pequeños, un tenke que se colaba tenke entre los tenkeritmos principales... tumpu tumpu tumpu tumpu tenketumpu tumpu tumpu tumputum pumpum en un diálogo de huecos tenke que gritaban eco, como si un agujero tenke se hubiera abierto tanka tankatanka tankatan tan tan en el cielo gris de la ciudad. Los pájaros pardos de los invisibles árboles urbanos tumpu tumpu tenketumpu tumpu tumpu tenketumpu tumpu tumpu tenketum tum tum caían al suelo tanka como manchas de tinta amarillenta y revoloteaban tankatanka tankatan tan tan alterados como en una loca estampida de mariposas tumpu tumpu tenketumpu tankatumpu tenketumpu tum tum. A las gentes, sombrías, tumputum tum tum que cruzaban por allí se les iluminaba el negro rostro tanka y algo de aquel eco profundo retumputumpu  tenketumpu retumbaba en lo más profundo de su cuerpo tanka porque vibraban las pieles como una paleta de colores tanka y bastaba verles venir tenke y observarlos cruzar por delante de aquella esquina tanka para saber que aquel hombre tumpu abría un agujero en el espacio tenke donde la luz se curvaba en una sonrisa blanca. Tum tum!

Fue su madre la que se acercó a mí un día y, mientras desde el otro lado de la calle contemplábamos sus golpes como un herrero del aire, me dijo: usted que sabe tanto de estas cosas... ¿Cree que debo decirle algo? ¿O le dejo que siga con lo suyo? Se me quedó mirando a la espera de una respuesta que no llegó.Tenketumpu tumpu tumpu tum tum!

3 comentarios:

Anónimo dijo...

para qué decirle que es solo un mito?
un mitanka, un mitenke... me encanta!

Anónimo dijo...

Empezamos el dia con buen ritmo. Mola.

Anónimo dijo...

Buen ritmo