viernes, junio 18, 2010

lunes, junio 07, 2010



La primera vez que vino,
me contó que podía adivinar los cambios climáticos con hasta tres o cuatro días de antelación. "A veces, cuando el tiempo va a cambiar bruscamente, me duele tanto la cadera que no puedo ni moverme. Pero… ¿qué hago yo con este don?" Hablamos del primer picnic de un ex-presidiario tras 30 o 40 años encerrado, de las vidas que se congelan en la cima de una montaña, de las cosechas que alimentan al mundo, de las esperanzas en los días de boda, de las cometas, de las flores, de abril, de la ropa colgada…

En el periódico de hoy venía su pequeño anuncio diario: “Hay un rayo de luz doliendo en mi rodilla

domingo, junio 06, 2010

Hace meses aporté esta entrada
para el blog de los Piratas de Axel. Hoy la recupero aquí porque, cada vez que releo algún párrafo de este libro, el impulso vital de querer ser feliz se renueva. Como dijo el poeta: "...resolución de ser feliz."


He terminado de leer estos días el libro de Albert Casals -"El mundo sobre ruedas"-. Él lo resume así: "Quiero contaros una historia. Es la historia de un niño que nació el 18 de julio de 1990 en Barcelona. Con el paso de los años sufrí algunos contratiempos. Uno de los que más se esforzaron para ganarse un sitio en el "hall de la fama" fue, seguramente, la leucemia que tuve a los cinco años y que me dejó en silla de ruedas a los ocho. Un buen día descubrí que tenía catorce años y ya no podía aguantar más las ganas de viajar, y tuve la suerte de tener unos padres que no intentaron encerrarme en un manicomio por el hecho de plantearles la idea de viajar a los catorce años. He estado en más de 25 paises, entre ellos, Francia, Alemania, Bélgica, Holanda, Dinamarca, Grecia, Gran Bretaña, Italia, Bosnia, Serbia, Croacia, Hungría, Rumanía, Tailandia, Malasia, Singapur, Japón, Argentina, Chile, Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia, Panamá... No obstante, lo que más suele sorprender a la gente no es que haya viajado a tantos lugares, sino la forma en la que me gusta hacerlo: totalmente solo. Ni familia, ni amigos, ni nada: sólo yo, mi silla de ruedas y mi mochila... y en el peor de los casos solamente gasto unos tres euros diarios, que es todo lo que me hace falta para comer."

El libro de Albert está repleto de vida, de una fescura tal que no hace falta ser viajero para reconocer en sus palabras un anhelo mucho más profundo y humano que el de un simple turista. Adoro los nómadas y Albert es un loco nómada. Felicismo es el nombre que él da a su filosofía o manera personal de ver el mundo y la vida. "Como el nombre ya indica, la clave del felicismo es la felicidad. Y es que la felicidad es el único motor, la única razón de la existencia humana. Todas las acciones del ser humano están motivadas por el deseo de ser feliz, lo sepamos o no, y sólo mediante una existencia feliz podemos proporcionar felicidad a quienes nos rodean. (...) El felicismo significa juzgar las cosas sólo por la felicidad que nos aportan, a nosotros y a los demás, sin prejuicios ni valores ajenos a la felicidad."
En fin, me resulta absurdo explicar lo que él hace tan bien en su libro. Yo sólo quería traerlo aquí, a este barco, porque merece estar en él. Porque es un buen espejo en el que intentar encontrarnos. Y él y las razones de su padre y su madre -que también escriben uno de los capítulos- para apoyarlo son un ejemplo de confianza en el ser humano. Ahora que hablamos tanto de educadores...
En cada nómada, una revolución!!