martes, febrero 22, 2011


Todas las mañanas del mundo...
son la misma mujer.


- La música está para decir aquello que la palabra no puede. Es por eso que no es del todo humana. ¿Ya descubrió que no está hecha para el rey?
- Descubrí que estaba hecha para Dios.
- Pues, se equivocó. Dios habla.
- ¿Para el oido?
- Lo que no se puede decir, no es para el oido.
- ¿Por dinero? ¿La gloria? ¿El silencio?
- El silencio es lo opuesto al lenguaje.
- ¿Los músicos rivales? ¿El amor? ¿La perdida del amor? ¿El abandono?...
- No, no, no...
(...)
- Un abrevadero para los que no tienen lenguaje. Para el asombro de los niños. Para suavizar los martillazos de los zapateros. Para el estado que precede a la infancia. Cuando no teníamos aliento ni luz.

(Retazos del diálogo entre
Monsieur de Sainte-Colombe
y Marin Marais en la película
"Todas las mañanas del mundo")

martes, febrero 08, 2011




"Mis tardes con Margaritte"
- o "La Tête en friche"-
es una película sencilla pero muy dulce de Jean Becker ("Conversaciones con mi jardinero", "Dejad de quererme"...). Aunque la imagen del vídeo no es muy buena, tampoco importa. Porque lo realmente hermoso e intenso de este tramo final de la película es el texto. Hubiera bastado ese minuto y medio de carretera y voz rodante, para que la película estuviera terminada.
Gozarla: es la palabra.

"Fue un encuentro poco corriente entre el amor y la ternura, en su camino no había duda, tenía nombre de flor. Vivía rodeada de palabras, adjetivos traídos por los pelos, verbos que crecían como la hierba, algunos lloraban de forma oscura, pero ella atravesó mi cascarón y se me coló con dulzura hasta mi corazón.
En las historias de amor no siempre hay solo amor, a veces no hay ni un te quiero y sin embargo queremos. Fue un encuentro poco frecuente, la conocí por azar en un banco de la plaza, no abultaba mucho, no era más grande que una paloma con sus pequeñas plumas. Allí estaba, rodeada de palabras, nombres comunes como el mio.
Me dio un libro, luego otro, luego muchos más, páginas que estallaron en mis ojos. No te mueras todavía, tienes tiempo, espera. No es tu hora pequeña flor, dame un poco más de ti, dame un poco más de tu vida, espera. En las historias de amor no siempre hay solo amor, a veces no hay ni un te quiero y sin embargo queremos."