domingo, marzo 08, 2009




Wei Ming dice: "quiero justicia".
No es una historia para los medios de manipulación de masas, no es violencia espectáculo -matar a una mujer, derribar unas torres, asesinar un político...-; sólo es como la historia de ese cadaver que pasó semanas abandonado en la acera, sin que nadie se detuviera, ni se quejara, hasta que, pasado el frío y la nieve, empezó a descongelarse y a oler.

Una vez más el monopolio de la violencia al servicio del poder: las policías naZionales, los ejercitos, los manicomios, las cárceles, la medicina... Ya no sorprende a nadie: he ahí el terror: que no sorprenda. Ahora también los policías municipales: en Bilbo, en Getxo...

Mientras tanto, los alcaldes, concejales, funcionarios... plebeyos poderosos al servicio temeroso de la violencia. Entre unos y otros, están soplando sobre las brasas...

Y acabará avivándose el fuego.
¿Lo oleis?

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Arkho:
Me encanta el modo en que planteas las cosas, creo en la necesidad de personas como tú.
Hoy, me identifico especialmente con el artículo y el mensaje que transmites.
Considero que realmente la dictadura del poder con toda la benevolencia del sistema político, en su esencia bien poco ha cambiado. Se ejerce la autoridad muchas veces desde al abuso,y casi siempre dirigida al sector más débil, pues es mucho más fácil, menos comprometido.
La propia corrupción y corporativismo de los cuerpos de seguridad queda en segundo plano, detrás de la pantalla de una gestión "eficaz" de represión hacia aquellos que menos lo merecen, acumulando y bloqueando un sistema administrativo con el único fin de tapar y esconder mierda bajo el felpudo de la justicia, mierda que de éste modo nunca saldrá a relucir.
Estamos sometidos a una total indefensión e impunidad del sistema. No tiene otro nombre sino "dictadura".
Gracias por tu espacio Arkho, gracias por poder compartirlo. Seguiré estando.
Un abrazo.

arkhonómada dijo...

Gracias por expresarte... es el mejor detonante contra quienes sueñan con el reino de las lenguas cortadas...

y además es una alegría recibir lectores/as, qué carajo!
Un saludo.

Anónimo dijo...

cada vez mas racios a lo ajeno,
ni siquiera somos capaces de distinguir un regalo ¿?

Besos

Anónimo dijo...

reacios, perdon