La petición de AngelDust del otro día
-gracias por acordarte de mí- me ha hecho repasar algunas de las mejores vistas de mi vida. Porque cuando uno saca las fotos, centra toda su mirada en un fragmento de la realidad, de lo vivo y lo retiene en la memoria. No sólo en la fotografiada, también en la latente: la que se incrusta en nuestras neuronas y, desde allí, transmite un temblor de emoción: latido del mundo.miércoles, abril 22, 2009
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